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martes, 9 de octubre de 2012

Después del 7 de Octubre


He necesitado más de un día para recuperarme anímicamente, reconciliarme con mi país  y analizar lo sucedido y lo que vendrá, el 07 de Octubre pudo ser el día más importante de la historia republicana y no lo ha sido, porque el continuismo no hace historia y el cambio sigue esperando. Antes de proponer en algunas líneas, espero poco divagantes, mi visión de este hito en el proceso venezolano quiero aclarar que lo que hoy redacto no compromete la visión de lo que opina y propone el partido de mis ideales  que no es otro que la democracia cristiana, la institución en la cual laboro: el Gobierno democrático del Táchira, ni al líder de esta región nuestro gobernador César Pérez Vivas. Son las líneas de un joven político y periodista, estudioso de la comunicación política y del marketing electoral, activista de la libertad y de los valores de occidente.
Para entender lo que sucede en Venezuela voy a recordar algunos datos aprendidos en escenarios diversos, desde reuniones estratégicas de la oposición hasta ponencias de expertos, pasando por clases de estudios de pre y post grado, una pequeña ensalada que a pesar de su multiplicidad está prácticamente a mano de todos los ciudadanos pensantes de este país.
No hace mucho en el escenario post reforma y pre enmienda escuché atentamente una buena disertación de John Magdaleno @johnmagdaleno, en una especie de charla para un grupo de dirigentes de este lado del espectro político, allí mostraba el histórico de las encuestas en Venezuela  midiendo aprobación de Chávez e intención de voto, básicamente con Datanalisis si no me equivoco como matriz, para resaltar en este párrafo tres puntos: del 99 hasta “el paro” Chávez fue descendiendo en las mediciones, vuelve a subir solo con el lanzamiento de las misiones y sólo pierde en la reforma. Sobre esos datos volveré más adelante.
Luego en mi formación el buen amigo y profesor Carlos Delgado Flores @cardelf me planteó un división del electorado no tradicional y aparentemente avalada por algunos expertos, como el hoy tan polémico Oscar Schemel de @hinterlaces, en la cual se resaltaba la preponderancia del “votante racional individual” sobre el  “votante racional social” en nuestro país, ¿qué significa? Que la gente vota racionalmente según su beneficio personal y no pensando en el bien común, y ante la dependencia del estado clientelar vota por el estado-gobierno-partido. Por cierto del mutable Schemel recuerdo también una presentación de investigación cualitativa nacional, donde básicamente mostraba la excelente imagen de las misiones, la relación identitaria de las clases d y e con Chávez, pero el fracaso del gobierno en convencer sobre el socialismo, las expropiaciones, las limitaciones de la libertad o Cuba como símbolo y camino.
No mucho después de observar esos datos, llegó a mis manos una sencilla presentación, allí básicamente mostraba como la oposición era particularmente más fuerte en las ciudades y municipios en los cuales hay mayor acceso a Globovisión, Tv cable y radio independiente, pero además son claros los estudios sobre la construcción de hegemonía comunicacional por parte del gobierno, partiendo de la ley resorte, el cierre de RCTV, el acoso a Globovisión, el cierre de las emisoras populares  más críticas al gobierno (cnb), pero más importante la neutralización mediante estas amenazas y ejemplos, además de la presión económica, de casi todo el espectro radioeléctrico, grandes televisoras nacionales (sin un programa de opinión crítico) y regionales (un poco más libres algunas). Y finalmente el crecimiento absurdamente desmedido y con recursos de todos los venezolanos, de los medios a ordenes del PSUV, a saber: Vtv, Teves, ANtv, ViveTv, Rnv, YVKE Mundial, y centenares de radios falsamente comunitarias. Quien quiera ahondar en estos datos solo debe recolectar los artículos dominicales del mayor experto del área en nuestro país, Antonio Pasquali.
Por último el resultado del domingo, a pesar de la maravillosa campaña y del esfuerzo, Capriles pierde  por 10%, dándole la razón a encuestadoras tradicionales como Datanalisis y el IVAD, pero creciendo más de 4 veces más que el gobierno desde el 2006, y manteniendo la votación mayoritaria en los centros urbanos. Un detalle adicional: sólo gana en los Andes. Para muchos derrotado el mito de los ni-ni, en realidad no alineados, para otros se prueba que aquellos sin alineación política, un 30% al centro del espectro, en elecciones presidenciales votan a Chávez.
Son muchos datos, pero necesarios para entender mis conclusiones, durante 14 años he enfrentado al chavismo directa o indirectamente, directamente en la militancia política y universitaria, indirectamente en una ética búsqueda de la verdad en el ejercicio del periodismo, en 14 años he aprendido a conocer a sus militantes y votantes, a saber que son distintos entre sí, algunos tienen reales raíces ideológicas de la vieja y minoritaria izquierda nacional, otros padecen del revanchismo, muchos se sienten identificados con el liderazgo carismático de un político atípico, mesiánico pero parecido al pueblo, primero entre iguales, y finalmente otros ceden ante el beneficio particular, y allí van desde boliburgueses hasta beneficiarios de las misiones, pasando por el funcionariado profesional de clase media.
Conversando en redes sociales antes de las elecciones con una joven profesora universitaria y colega, y con un viejo amigo pro gobierno y de izquierdas, hice algunas predicciones erradas por esperanzadas, pero no totalmente falsas sobre las que vaciaré mis conclusiones, decía básicamente que la ineficiencia patente del gobierno: cortes de luz, puentes caídos, inflación y escasez de alimentos, inseguridad, terminaría derrotando a la distribución socialistoide de la renta petrolera. Y señalaba que Capriles tenía opción de ganar por la emotividad de su campaña de cambio (efecto Obama) frente al mensaje duro y gris del gobierno, pero que Chávez podría ganar si movilizaba a todos aquellos que del estado dependían.
Ciertamente la ineficiencia no venció al chavismo, y la emotividad de la campaña no fue suficiente, ambas se enfrentaron al mismo monstruo, el gasto público y las misiones, pero también al liderazgo de un Chávez titánico renacido de su enfermedad, y al ventajismo que impide mostrar la otra cara del país a millones de venezolanos. La cruda realidad de este lado de la acera, es que es muy difícil (no imposible) llevarle el mensaje de la libertad y la modernidad, a la Venezuela transmoderna que depende del estado para comer, estudiar y crecer, aunque la ineficiencia del modelo nos haya hecho crecer a nosotros un 50% desde el 2006 y al chavismo únicamente un 9%. El chavismo jugó la baza del miedo y triunfó.
La cruda realidad para el chavismo, es que luego de 14 años de “revolución” cada vez están más inmóviles electoralmente, pero peor aún, no han logrado convencer de su modelo ni profundizarlo, ellos y nosotros sabemos que el país está estancado en la peor versión del nacional populismo, dependiente de la renta petrolera, y con un estado voraz e improductivo que alimenta una clientela que crece y crece, lejos del socialismo real, pero más lejos  de la libertad. Un clásico fascismo de izquierdas en su modo light, inspirado en Nasser, Gadaffi, Al Assad y Hussein, pero reflejo de Putin.
¿Por qué gana Capriles en los centros urbanos? Porque allí está asentada la economía productiva venezolana, porque los valores de la modernidad, con la libertad al inicio, son allí importantes y finalmente porque en el marco de esa modernidad  occidental, la eficiencia es medible, y puentes caídos y carreteras destruidas cuentan. ¿Por qué gana Capriles en los andes? Porque incluso la ruralidad andina es menos transmoderna, más “occidentalizada” por así decirlo, que en el resto del país, el votante andino vota según sus valores tradicionales, rechaza el comunismo, la violencia, y defiende el trabajo, la propiedad y la libertad.
Quiere decir todo esto que a las clases d y e, a los pobres de nuestros país, no les importa la libertad, la propiedad, la tradición, la eficiencia…no, quiere decir que su voto está planteado desde otro cuadrante, que como bien lo dijo Rafael Caldera en el discurso que lo llevó al gobierno, no se le puede pedir a alguien que no tiene con qué comer que se rasgue las vestiduras por la democracia, que no solo hay un líder carismático como pocos quien se identifica con ellos, sino que su lenguaje es el de sus reivindicaciones y su praxis la de las falsas soluciones aparentes. Millones de venezolanos de los sectores populares han votado a Capriles, si no Chávez hubiese obtenido el 80% de los votos, pero millones no lo hicieron, y nuestra labor es convencerlos de que las muestras de ineficiencia son las muestras del fracaso del modelo.
Quizá tomando algunos estudios, como uno publicado hace poco más de una año por el centro Gumilla @centrogumilla, en los cuales se mostraba que el mensaje de un socialismo light o democrático había penetrado a la mayor parte de los no alineados y de los pobres, asociando socialismo a programas sociales, analizando erróneamente hemos caído en la trampa de querer apropiarnos del lenguaje del chavismo, incluso de proponer una ley de misiones, mi opinión es que no podemos enfrentar a Chávez en su terreno.
La oposición venezolana sigue teniendo solo una gran victoria nacional, la reforma, yo me pregunto ¿qué se derrotó en la reforma? Se derrotó la imposición de un modelo abiertamente marxista y totalitario, el estado comunal, la limitación a la propiedad privada, la nulidad de la libertad de expresión, ¿cuál fue la razón de la victoria? Nos jugamos la baza del miedo…y ganamos, porque en el fondo de su estructura mental el venezolano no quiere vivir en la Cuba de los Castro, ni en la extinta URSS, quiere vivir en un paraíso social demócrata, donde el mito del país rico, el petróleo como soporte de un estado para todos, garantice la mayor suma de felicidad posible en libertad tal y como la preponderancia adeca proponía. El problema es que Venezuela no es un país rico, es un país dependiente de la renta petrolera para sostener su improductividad, y es en los otros valores nacionales, la conjunción de trabajo, libertad, propiedad, donde está el camino del desarrollo.
Si bien es cierto el Táchira tiene características particulares, también lo es que la oposición liderada por Cesar Pérez Vivas ha sabido encaminarlas, la defensa de nuestros valores es nuestra principal carta, y se ha logrado la victoria no por poco, es una victoria contundente que resulta casi una anomalía para el escenario nacional, por eso repito las palabras de nuestro gobernador “seguid el ejemplo que el Táchira dio”. Hoy planteo a todos los expertos y políticos nacionales la duda frente a la estrategia seguida, la triangulación de lo social la hemos convertido en hablar el lenguaje del chavismo, y quizá no  hemos obtenido el éxito necesario, ¿estaría mal hablarle al país del comunismo y su fracaso? ¿De la importancia de la libertad? ¿De la ineficacia del gobierno que sólo fue un tema fuerte al final de la campaña? Creo que la idea no es convencer al voto “racional individual”: es convertirlo, pasar del mercadeo centrado en la demanda al mercadeo centrado en la oferta. Hoy es quizá el gran momento de la auto crítica.